Después de 2.800 kilómetros atravesando ocho países europeos, desde su nacimiento en las montañas de la Selva Negra, el Danubio acaba su viaje, listo para unir sus aguas con las del Mar Negro. Pero este fin de trayecto es en realidad sólo el inicio del paraíso. Un paraíso natural, salvaje, no alterado: el Delta del Danubio.
Es un fin del mundo original y único. Agua y tierra en una lucha eterna, selvas pobladas por millares de especies de entre las más raras, dunas marinas en una permanente metamorfosis. La génesis del Delta del Danubio empezó hace mil años y continúa todavía. Sin embargo, está revigorizándose e innovándose permanentemente. No es algo accidental el hecho de que el Delta del Danubio sea considerado la más joven región de Europa.
El tercer delta de Europa y el número 22 del mundo, desde el punto de vista del tamaño, el Delta del Danubio ocupa una superficie de 4.178 Km..2, y aproximadamente el 80% de ésta se halla en el territorio rumano. Visto desde los Dealurile Tulcei (las Colinas de Tulcea), el Delta del Danubio aparece como una inmensa superficie de vegetación que contiene hilos plateados. Y, si miramos desde lo alto, podríamos observar la forma de un triángulo equilátero, exactamente la forma de la letra griega de la cual tomó su nombre.
El Delta del Danubio conoció una evolución que está en estrecha relación con los tres brazos por los cuales el Danubio se derrama al mar: Chilia, Sulina, Sfântul Gheorghe. En el lugar en que se produce la primera bifurcación de los brazos, el caudal medio del río es de aproximadamente 6.300 metros cúbicos por segundo, lo que significa que en dos minutos afluye una cantidad de agua suficiente para el abastecimiento diario de una ciudad de más de 1.000.000 habitantes.